Si algo he aprendido durante los últimos ocho años es a adaptarme a los cambios, aunque me cuesta muchísimo(soy Tauro, ya se imaginarán jajaja). He aprendido que, por más que quiera controlar mi vida, pocas veces las cosas salen como las planeo. ¿Lo bueno? Cada día me convenzo más de que el universo siempre tiene cosas mejores preparadas para mí, aunque no las vea venir.
Me fui de casa a los 18 años recién cumplidos. Literal, dejé atrás la vida que conocía: mis amigos, mi familia, mi ciudad y muchas de mis costumbres. Llegué a un país que, aunque compartía algunas similitudes con mi hogar, nunca nada es igual que estar en casa, ¿verdad?
Al principio, me costó muchísimo. Las que han emigrado me entenderán. No es fácil hacer amigos y, si no tienes familia, creo que puede sentirse incluso más duro. Y ni hablemos de esos pensamientos intrusivos que poco a poco te carcomen la mente:
¿Voy a conseguir empleo?
¿Algún día me voy a adaptar a esta ciudad?
¿Y si nunca me siento completa aquí?
Y eso solo por mencionar algunos. Sé que cuesta conciliar el sueño, pero te prometo que, después de unos meses, empieza a mejorar.
Mi primera experiencia emigrando no fue del todo gratificante. La verdad, nunca conecté con esa ciudad al 100%, creo que por eso decidí mudarme otra vez jajaja. Pero no todo fue malo: aprendí tanto, crecí tanto... Llegó un momento en que ni yo misma me reconocía. Todo lo que había evolucionado era impresionante. Es cierto lo que dicen: detrás de cada caída te haces más fuerte.

Eso sí, también aprendes un montón de lecciones (aunque algunas veces las olvides), cada vez que me mudo, hago mercado como para seis meses y después me arrepiento de esa decisión jajaja.
Pero eso es parte del proceso. A medida que creces, te das cuenta de que cada experiencia y cada persona que llega a tu vida tiene algo para enseñarte. Esto no solo aplica para las que emigran, ¡es para todas! Sin darte cuenta, formas tu familia elegida: esos amigos que están contigo en todo momento, que te apoyan, que comparten contigo experiencias maravillosas y que se quedan en tu corazón para siempre.
Yo sé que la historia y la situación de cada persona es única y especial, pero créeme cuando te digo esto: Vas a encontrar tu pequeño espacio en esa ciudad nueva en la que decidas cumplir tus sueños. Y si algún día tienes que mudarte otra vez, como es mi caso, te invade la nostalgia de esa vida que estás dejando atrás. Pero esta vez lo haces con la seguridad de que lo que viene será mejor y con un poquito menos de miedo. Porque aprendes a adaptarte al cambio.
Me encantaría leerte.
Quiero que este sea un espacio seguro, donde sepas que aquí tienes una amiga en quien confiar. ¿Has sentido esto alguna vez? Aunque no hayas emigrado, ¿te has enfrentado a cambios que te sacaron de tu zona de confort?
Puedes encontrar más contenido en mi TikTok!
Besitos, Pao 💖
Comments